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Entre los mayores placeres más grandes de la vida, están: el Placer de Servir, el Placer de Dar y el Placer de Ayudar

Pocas cosas, llegan a provocar ese  sentimiento de satisfacción pleno y maravilloso, sobre todo cuando se da,  sin esperar una recompensa.

Muchas veces tenemos en casa «cosas» que ya no nos son útiles pero que, sin duda, pueden ser útiles a los demás.  Y a veces, por no saber organizarnos dejamos que se estropeen. Los alimentos y medicamentos se pasan, la ropa se apolilla, se percude y se malogra, en fin, y que eso pase, sabiendo que puede haber beneficiado a alguien, duele de verdad.

Hacer algo bueno con esas pequeñas cosas que en ocasiones creemos insignificantes, nos permitirá ser mucho más felicesLa ayuda desinteresada al prójimo es una gran forma de sentirnos bien con nosotros mismos y de hacer un bien al mundo.

En el Asilo de Ancianos de Abancay tenemos múltiples y constantes necesidades y estariamos encantados de recibir lo que quieras darnos.

¿A quienes regalas?

Los abuelitos

Son siempre alrededor de 80 abuelitos. Algunos de ellos dulces y tranquilos, otros malhumorados y traviesos, pero a todos los queremos y atendemos por igual. Todos necesitan de ti.

Las niñas

Son una veintena de niñas aspirantes a novicias que, como parte de su preparación, apoyan en el cuidado de los abuelitos, aportando el entusiasmo, la energía y la alegría, propias de la juventud.

Tenemos muchas necesidades

Alimentos

Nuestros residentes tienen  tres  comidas diarias,  preparadas por personal especializado y con la colaboración activa de  ellos. Siempre se intenta darles una alimentación sana y balanceada, además de suplementos alimenticios.

Medicamentos

Nuestros residentes cuentan con los servicios mínimos de salud, gracias a la labor voluntaria y generosa de algunas enfermeras y médicos. Hay medicamentos que necesitamos comprarlos y otros son donados por personas de buen corazón

Siendo como es nuestra institución, tenemos entre nuestros residentes no solo a Adultos Mayores Autosuficientes y Dependientes, sino también a otros que requieren cuidados y vigilancia permanente por diversas enfermedades como la de Alzheimer, Parkinson y la Demencia Senil, y otros convalecientes por diversas patologías.

Abrigo

Nuestros residentes, por la avanzada edad que tienen, se quejan constantemente de tener frio. Los vestimos y abrigamos de la mejor manera posible, y constantemente debemos lavar sus prendas para tenerlos en estado óptimo.

Aseo

Nuestros residentes son asistidos en su aseo diario por el personal y las aspirantes a novicias. Ellas, los lavan y peinan, cambian de ropa y de pañales (a quienes los usan), luego limpian a fondo las habitaciones y tienden las camas prolijamente.

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