MADRE CELINA DEL NIÑO JESUS, O.C.D.
Carlos Antonio Casas
22/07/2022
Madre Celina

Madre Celina: La esperanza de los desamparados

Tomado de : https://diocesisdeabancay.org/

Madre Celina nace en Ayacucho el 31 de Octubre de 1928. Ingresa en el Monasterio del Carmelo a la edad de 19 años y profesa como religiosa en 1948. En 1964 se traslada a Abancay a fundar el nuevo monasterio.

Inaugurado el Monasterio de San José de Abancay, Madre Celina tiene otro proyecto: El Comedor de los Pobres. Como es religiosa de Clausura y siente vocación especial para esta obra, un Rescripto de la Santa Sede la autoriza salir al Externado. La apoyan las autoridades de Abancay y Mons. Enrique Pélach, quien también hace suyo el proyecto. El comedor es inaugurado el 30 de Julio de 1968.

Madre Celina

Hogar de Ancianos

Los pobres afluyen cada vez en mayor número al comedor. Son atendidos con amor por Madre Celina. Llega a atender a diario a más de sesenta menesterosos.

Su actividad es intensa pero Dios quiere más. Un día muy temprano llueve copiosamente. Madre Celina sale hacia el Mercado y ve en el parque «Micaela Bastidas» un pobre, tendido en el suelo. Nota que el hombre no tiene fuerzas para levantarse. Madre Celina -como puede- lo carga y lo lleva hasta la puerta del Monasterio. Pide agua caliente y lo asea en la misma portería, vistiéndolo con ropa limpia. Luego le acomoda con frazadas en una caja de madera. El hombre está totalmente llagado y con heridas malolientes.

Sus hermanas monjas la aconsejan hablar con el Prefecto. ¿Qué debían hacer con aquel miembro dolorido de Cristo?, le dicen. El Prefecto viendo la situación, ofrece a Madre Celina el antiguo Hospital, ruinoso y en pésimas condiciones. Madre Celina, armada de fuerzas y de paciencia, limpia el lugar y prepara una habitación digna. Por la tarde acomoda a su mendigo en un catre viejo. Asiste al hombre hasta sanarle las heridas. Más tarde, también le dará cristiana sepultura.

El amor de Madre Celina va en aumento. Reúne a los pobres que encuentra en sus salidas: en los parques y rincones de Abancay, donde duermen al sereno. Este esfuerzo titánico también lo comparte y lo vive Mons. Enrique. Por esa razón, él viaja a Lima y tramita con la Beneficencia Pública la donación, al menos de una parte del viejo Hospital de Abancay. Así nace el «Hogar de Ancianos».

El 27 de Abril de 1973, se inaugura el «HOGAR DE ANCIANOS». Lo bendice el Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Luigi Poggi.

Desde esta fecha, el «Hogar de Ancianos» se encuentra casi siempre lleno. Los ancianos son atendidos con la más fina caridad cristiana. Viven en familia y los que aún tienen fuerzas ayudan a los que no pueden. Se les brinda ayuda en su salud corporal y espiritual. Madre Celina ha dado cobijo a unos trescientos ancianos.

El Aspirantado

La Madre Celina no puede llevar el trabajo ella sola, ni siquiera con la ayuda de las religiosas del Externado. Por ello piensa en el Aspirantado. La verdad es que ya desde 1968 hay jovencitas con inquietud vocacional. Ellas acuden desde sus casas, alternan el trabajo con ancianos y estudios de secundaria. Pronto Madre Celina prepara una habitación para ellas, porque además desean consagrarse a Dios. Madre Celina las forma en la vida espiritual y humana. Por sus manos han pasado más de 100 vocaciones de monjas carmelitas, y de otras congregaciones religiosas, ahora diseminadas por varias partes del mundo.

Otros Proyectos

La fe mueve montañas. La oración obtiene lo que uno quiere. Así de sencilla es Madre Celina. Ella es abnegada y generosa. Nunca repara en las necesidades del mañana. Vive al día el Evangelio: “Las aves del cielo no hacen nidos ni las flores del campo hacen tejidos y sin embargo el Padre Dios las alimenta y les da cobijo…”. Aquí está la fuerza interior de Madre Celina. El cansancio y los sufrimientos que exigen atender ancianos y menesterosos, no la doblegan. Dios da generosamente a las almas que le quieren y aman de verdad.

Madre Celina declaró a Radio Programas que, al principio, todos tenían miedo de los leprosos, pero luego entendieron que la lepra se propaga por la suciedad y falta de alimentación, por eso en los sitios civilizados no hay lepra. «La lepra sólo existe donde hay pobreza y no hay higiene». Con el correr de los años, el leprosorio fue deviniendo en el famoso Centro Médico Santa Teresa.

Madre Celina ha vivido una pobreza absoluta. Declaró a RPP: «Personalmente nunca he pedido nada a nadie, pero siempre pido a Dios para que Él mueva los corazones y venga la ayuda».

La Madre Celina del Niño Jesús ha dejado esta tierra, luego de haber servido a los pobres de Abancay por más de 43 años. Su labor siempre ha sido silenciosa y callada.

Madre Celina sufría de afección pulmonar. Por eso fue llevada a Lima para recibir un tratamiento más intenso, el 3 de octubre. Por su edad, no ha podido superar la enfermedad y Dios Padre se la ha recogido el pasado 29 de octubre (P. Doroteo Santos Borda).

NOTA: Radio Programas del Perú le concedió el premio “Integración y Solidaridad” en el 2004. Madre Celina hizo una gran labor donde ni el Estado ni la comunidad se preocupan por los ancianos y enfermos terminales. Cuando le dijeron que había ganado el galardón, puso en aprietos a Raúl Vargas a quien le dijo que si no le ayudaban con ropa y comida para sus ancianos, no le interesaban las medallas y los cartones de reconocimiento.

El Asilo de desamparados de Abancay ahora tiene moderna infraestructura y lleva el nombre de la religiosa carmelita: Hogar de Ancianos Madre Celina del Niño Jesús de Abancay.

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